Algunos grupos que se oponen a la violencia contra las mujeres apoyaron el bombardeo contra Afganistán en 2002. Citando argumentos según los cuales era necesario hacerlo para salvar a las mujeres de los Talibanes. Esperamos que para muchas personas sea cosa clara hoy en día que la invasión y el bombardeo de Afganistán no solo ha producido de manera directa violencia contra las mujeres afganas, sino que ha generado condiciones que han favorecido el florecimiento de muchas otras formas de opresión. La actitud de preocuparse por un tipo de violencia sin prestar atención a otra es típica de las respuestas liberales y conservadoras a la violencia contra las mujeres fuera y dentro de los Estados Unidos.
Muchos de estos mismos grupos apoyan el uso de la criminalización como estrategia principal para acabar con la violencia doméstica y sexual en los Estados Unidos. De hecho, el incremento en la criminalización ha fortalecido al complejo carcelario industrial. Esto ha conllevado a su vez un incremento en el encarcelamiento de las mujeres, ya que muchas veces la policía arresta a ‘ambas’ partes. Esto ha contribuido a un aumento en la violencia estatal contra las mujeres de color por parte de la policía y en las cárceles, y al encarcelamiento masivo de las comunidades de color sin producir una mejora notable en la seguridad de las mujeres ni favorecer la transformación de los infractores.