Suráfrica
En Suráfrica, el movimiento de liberación luchó contra el apartheid no solo a través de la acción directa colectiva, sino también construyendo una contracultura basada en el orgullo y la creatividad. Para combatir el racismo internalizado, el movimiento Conciencia Negra creó una nueva psicología de respeto propio y poder comunitario en la base. A través del canto, las personas negras de Suráfrica fortificaron sus movimientos con humor e imaginación, aún bajo las condiciones más extremas. La música le dio fuerza a aquellas primeras personas que murieron protestando contra las leyes de paso en los años sesenta. Durante las acciones estudiantiles de 1976 contra el uso de la lengua afrikáans en las escuelas negras, quienes protestaban se enfrentaron con cantos a los ataques de la policía, que disparaba con municiones de verdad. Hugh Masekela, un músico exiliado de Suráfrica, dijo: “Nos recordarán como un ejército que pasó mucho tiempo cantando, en vez de pelear”. Pero este ejército popular, donde todas las personas hacían música, triunfó contra un sistema de apartheid que a muchas personas les parecía inquebrantable.