Imaginamos que es posible un mundo diferente porque esa imaginación nos sana y nos libera, y también porque al hacerlo podemos comenzar a construir ese futuro desde ya, al interior de nuestros movimientos. Incorporamos ese futuro en nuestro trabajo actual para que en nuestras luchas y espacios colectivos puedan comenzar a sembrarse las semillas de esa visión. Al poner esta visión en práctica en el momento presente generamos una capacidad que nos permitirá saber cómo actuar cada vez que se presenten momentos importantes de agitación. Si sabemos cómo actuar cuando esas chispas salten, será más probable que de esos momentos resulten cambios drásticos que abrirán el camino hacia una sociedad liberada.
Debemos poner en práctica un análisis interseccional, pero no basta con ello. Para desmantelar al cemscawship (el acrónimo que utiliza COiL para nombrar las opresiones entrelazadas, hiperenlace a la definición) tendremos que abordar luchas infragmentables —que toman como punto de partida las estrategias de muchos movimientos de libertad y liberación. Buscamos maneras creativas de desmantelar todas las opresiones incluso cuando enfocamos nuestro trabajo en luchas específicas para combatir una forma particular de opresión.
Consideramos que la horizontalidad nos permite dos cosas: poner en práctica el desarrollo de capacidades de liderazgo y comprometernos con la idea de que nuestros movimientos serán capaces de crecer al punto de poder enfrentarse al poder estatal.
Volver a soltar el poder – Practicamos modos de ser de “liderazgo pleno” (leaderful), un modelo de liderazgo que se arraiga en la creación de relaciones mutuas y profundas en las que se valora por igual la novedad y la experiencia. Para acabar con la jerarquía, apoyamos el desarrollo profundo de las personas, en particular de aquellas personas de identidades marginalizadas, para que puedan así formar parte activa del movimiento. Así podemos prefigurar el futuro que queremos: un mundo sin jerarquías de explotación y sin dominación.
Que se pueda propagar – Le damos prioridad a aquellas campañas, situaciones estratégicas de trabajo y formas de organización que tengan la capacidad de propagarse como el fuego. Queremos estar en condiciones de entrar en acción cuando se presenten aquellos breves momentos en la historia en los que las personas comunes y corrientes descubren la posibilidad de hacer cambios de grandes dimensiones. No podemos provocar tales dimensiones a través de nuestros propios esfuerzos, pero podemos sembrar semillas y prepararnos para aquellos momentos si practicamos estrategias y tácticas que las personas puedan tomar y desarrollar sin dificultad.
Nos hemos comprometido con ambas tareas, la de enfrentarnos a las fuerzas represivas (desmantelar el poder) Y la de construir alternativas prefigurativas capaces de remplazar a las instituciones opresivas (hacer poder). Experimentamos a través de campañas de reforma radicales que generan conciencia, que mejoran la vida de las personas en el momento presente y que siembran las semillas de un futuro reorganizado. En coordinación con estas campañas de reforma radicales, creamos espacios en los que las personas pueden adquirir las destrezas y experiencias necesarias para suplir sus necesidades cotidianas en concordancia con nuestros valores.
Al abordar este trabajo de transformación política consideramos nuestro ser humano en su totalidad, no nos vemos como máquinas o cuerpos insensibles. Buscamos que la actividad de sanar los traumas individuales y colectivos haga parte del entramado de todos nuestros espacios. Tratamos de generar espacios colectivos de trabajo político que de verdad nos sanen, y que no contribuyan a multiplicar los traumas. Al hacerlo comenzamos siempre por comprender que no es posible hacer trabajo de organización transformativa sin comprometerse con la transformación personal.
Nos entusiasma la experimentación, la idea de crear y de tomar riesgos en nuestro trabajo. Soltarse es una herramienta importante de organización —nos esforzamos por no aferrarnos a algunas formas prescriptivas de organización. Sin embargo, basamos esta experimentación en algunos métodos del materialismo histórico y en la práctica de aprender de los ejemplos positivos y negativos de la historia. Estamos tratando de nutrirnos del trabajo pasado al comprometernos con la tarea de comprender y de analizar la historia. Entendemos que a cada acción corresponde una reacción, y que esa reacción a su vez transforma nuestra situación actual, lo que nos exige una vez más emprender el análisis, la reflexión y la creación de nuevas ideas y acciones.